viernes, 21 de noviembre de 2008

Del Jaguar y el Águila Arpía al perro cazador y los automóviles

Los monos aulladores han sido la presa de depredadores naturales tales como el Jaguar y el Águila Arpía cuando aún existían grandes extensiones de selva en el sureste de México. Sin embargo, los depredadores de los aulladores que únicamente cazan para alimentarse han sucumbido ante las presiones humanas tales como la deforestación de las selvas y la cacería furtiva.

Actualmente, el mono aullador ya no es presa para los jaguares y las águilas, ahora es una presa fácil para los múltiples perros que tienen los
rancheros en sus casas, se han visto familias rurales de dos hasta 8 perros, los cuales no son debidamente cuidados y tienen que salir a cazar, otros entrenados para cazar junto a su amo, están acostumbrados a matar todo lo que ven durante su tránsito en los fragmentos de selva. Muchos perros matan a los aulladores por instinto y por influencia de los amos, los perros jamas se comen a los monos los cuerpos quedan abandonados y desgarrados.

Otros monos, que se salvan de los ataques de perros, sufren períodos de inflamación e infección antes de morir por las heridas ocasionadas, muy pocos sobreviven y se observan con cicatrices en sus cuerpos y rostros.

Por otro lado, los monos al moverse de un fragmento de selva a otro con el fin de mantener su flujo de genes y crear nuevas tropas y encontrar alimento se ven forzados a cruzar algunas barreras tales como las carreteras exponiéndose frecuentemente a ser atropellados por los automovilistas que manejan a alta velocidad.

Los monos antes parte de la cadena alimenticia del jaguar y el águila harpía, ahora su muerte no tienen ninguna función mas que el extermino de ellos mismos.

Por todo lo anterior, nuestro equipo de trabajo se ha propuesto evaluar las poblaciones del mono saraguato en la cuenca baja del río Usumacinta y llevar a cabo estrategias de conservación, como lo son la concientización ambiental en las comunidades rurales, colocación de letreros y puentes para la fauna y reforestación. Sin embargo, es imprescindible el apoyo por parte del gobierno y otras instituciones para lograr la conservación del saraguato en México.